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domingo, octubre 6, 2024 |
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El berrinche adulto sí existe y aquí te decimos cómo controlarlo

No todos manejamos la frustración con madurez

Revista moi

Cuando hablamos de berrinches, lo primero que se nos viene a la cabeza es un chamaco insoportable, trabado en una de esas rabietas que hacen cuando las cosas no son como quieren o cuando se les niega algo. Aunque estos comportamientos no son agradables, son lo suficientemente comunes como para considerarlos “normales” en los menores.

En teoría, con los años vamos desarrollando herramientas de autocontrol y de comunicación para expresar lo que nos gusta o disgusta sin parloteos. Y todo bien, hasta que te traen la limonada con agua mineral cuando tú “claramente” le dijiste al mesero que era con agua natural. Que agarren confesado al joven, porque vas a armar un drama de campeonato, te vas a parar indignado y bufando y vas a gritar: “¡es que no puede ser, quiero hablar con el dueño!, ¡no regreso a este restaurante!”. Si ya te temen en los lugares, sigue leyendo, pero regresemos un poco para desmenuzar las entrañas de un berrinche.

El berrinche es una reacción casi automática a una situación frustrante, y eso no desaparece cuando uno crece. Antes fue la bici que note compraron y hoy el proyecto que tu jefe no te dio. Y ante un escenario así tenemos de dos sopas: reaccionar de forma tranquila, ecuánime, proporcionada, verbal, prudente y/o socialmente aceptada o, por el contrario, hacerlo de forma excesiva, impulsiva, desproporcionada, caprichosa y agresiva.

Es obvio que el problema no está en la frustración que vivimos cuando las cosas no salen como esperamos, queremos o deseamos, sino en cómo la manejamos. Dicho en otras palabras, lo malo no está en lo que nos pasa, sino en lo que hacemos con lo que nos pasa. La forma en que reaccionamos a la frustración es resultado de los comportamientos aprendidos cuando éramos niños. Si las pataletas nos sirvieron para conseguir lo que queríamos, es muy probable que hayamos aprendido que así funciona la vida.

Ya sea un niño o un señor bigotón, cuando alguien entra en un estado de berrinche, hay un punto en el que se bloquea y no escucha razones. Un adulto berrinchudo es así porque le ha funcionado en el pasado, pero también porque se da permiso de reaccionar de esa manera. Una forma común para diferencia a una persona madura emocionalmente de una que no lo es, está en el control que tienen sobre sus impulsos. La persona madura tiene cierto control sobre sus emociones, mientras que la persona inmadura es manejada por ellas. Quien presume madurez pero explota a cada rato, vive en el engaño.

¿CÓMO LIDIAR CON ÉL?

Anticípate
Identifica los detonadores para así evitar el panchito. Si sabes que a tu pareja no le gusta hablar de dinero después del trabajo o cuando están atorados en el tráfico, espérate a otro momento. Acuérdate también que muchas personas se prenden más rápido cuando tienen hambre, están agitadas, tomadas o cansadas.

Aguanta
Si alguien está haciendo un dramón bíblico, no te enganches y hagas uno tú también porque eso es como pretender apagar un incendio echándole gasolina. No respondas a los gritos y respira, la mayoría de las veces las cosas se calman en unos minutos. Tampoco trates de forzar una conversación “adulta” cuando uno de los dos no se está portando como tal.

Reconoce
Mucha gente hace dramas porque quiere que la escuchen. Es una forma (medio retorcida, sí) de llamar la atención. Entonces dale lo que quiere, que sepa que entiendes lo que le pasa, ojo, no quiere decir que estés de acuerdo. Di cosas como “cariño, entiendo por qué te sientes así”, “¿qué puedo hacer para ayudar”.

Aclara
Ya con las cosas calmadas, en lugar de revivir el drama con algo como: “ya se te bajó la maldita histeria?”, ve si hay algo que puedas hacer para que no se repita. Si los dramas ya son sistemáticos, y con una persona que te importa, busquen ayuda para manejar toda esa frustración acumulada y mal canalizada.

Aléjate
Si de plano las cosas se salieron de control y te sientes en peligro, pon distancia y protégete. Si el berrinchudo es un desconocido, esto es lo mejor (y lo más fácil) que puedes hacer. Si es alguien cercano, pero por más que tratas no hay forma de sobrellevar los berrinches, ponte a pensar si estás dispuesto a vivir así.

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