Sin categoría
1 de 75 personas sufrirá un ataque de pánico en su vida. ¿Qué hacer antes, durante y después?
Según Mayo Clinic, un ataque de pánico es un episodio muy intenso de miedo. Para que entiendas si nunca te ha pasado: puedes sentir que te está dando un infarto, que algo gravísimo está pasando con tu cuerpo y que pierdes la capacidad de reaccionar. Además de sus síntomas físicos, sientes eso porque el ataque pasa en momentos en los que no hay peligro aparente. Eso sí, no respeta si estás en el gimnasio, manejando, a media comida con los suegros o en junta en la chamba. Duran, en promedio 10 minutos –sí, los más largos de tu vida– y esto es lo que pasa:
Si de pronto sientes más de dos de estos síntomas, es posible que el pánico esté tocando a tu puerta.
La primera señal la recibe el sistema nervioso autónomo (SNA) y, como es el encargado de bombear sangre, si de repente manda de más o de menos al corazón, sientes de golpe que se te apaga el switch.
Puedes sufrir despersonalización: una sensación de que estás “fuera de ti”, como si te vieras de lejos. Es el sentimiento de la bonita expresión “estoy ido”.
El estrés de que algo está mal se va directo al estómago y tensa todo tu sistema digestivo; puedes sentir náuseas, que necesitas ir al baño YA y hasta acidez.
Se te duermen las manos y, a veces, partes de la cara.
De un segundo al otro sientes como si tuvieras la peor gripa del mundo: sudas frío, se te corta el cuerpo, te tiembla la mandíbula.
O eso crees, en realidad solo es tu SNA estresadísimo y causándote el sentimiento de hiperventilación. Pero es solo eso, un sentimiento. No te preocupes, tu cuerpo sí sigue respirando.
Todas estas cosas pueden pasar en menos de un minuto, pero tú seguro te das cuenta inmediatamente de que a tu cuerpo le movieron el tapete y algo va a pasar.
Ahora sí, tu cuerpo es una locura, sientes todo esto al mismo tiempo.
Reconoce que no es la Catrina ejerciendo tu mal karma, es nada más tu sistema nervioso echando fiesta sin pedirte permiso. Entender los síntomas como lo que son ayuda a lo más importante: calmar tu mente. Trata de ser consciente de tu respiración y repasa, mientras inhalas o exhalas, cada síntoma por separado.
Si ya sentiste que la Virgen te habla y viste la luz, tienes que hacer dos cosas.
1.Reconoce de dónde viene
Algunas situaciones emocionales que se desahogan físicamente son:
¿Es la primera vez que te pasa? Si reconoces estos síntomas pero no sabías qué eran, es hora de ver al doctor. Los ataques de pánico únicos y ocasionales no afectan a la salud, pero si te dan muy seguido (digamos más de una vez en un mes) puedes sufrir Trastorno de Pánico.
Primero hay que diagnosticarlo en terapia y, después, tratarlo con un psiquiatra que, dependiendo de tu caso, puede recetarte antidepresivos, tranquilizantes o inhibidores de serotonina y monoamina.
*Con información de Mayo Clinic y Kate Horowitz.
Redacción Moi