Chamba y dinero
Esas frases que cruzan la línea del respeto... ¿te suenan?
Es creciente el número de gobiernos y organizaciones que se preocupan porque se detengan la violencia de pareja y familiar.
Todos podemos hacer algo, por ejemplo, Patricia Evans escribió un libro que se llama Abuso Verbal: la violencia negada, en el que nos ofrece una buena cantidad de ejemplos de palabras, oraciones y frases que usamos como armas para agredir a la esposa, al esposo, a los hijos, a los papás, a los hermanos.
Escribe todas las categorías que funcionan como abuso verbal: No compartir, contradecir, humillar, encubrir bromas que violentan, bloquear y desviar, acusar y culpar, juzgar y criticar, trivializar, socavar, amenazar, insultar, ordenar, olvidar, negar, actuar con ira.
Fíjate en estas expresiones que usamos para acusar y culpar.
Parecen inofensivas, ¿verdad?, pues no lo son, en todas hay un ataque a la otra persona, en todas se acusa y se culpa; en todas hay una provocación.
Evans escribe que el abusador verbal juzga a su pareja y después expresa su juicio de manera crítica, usando oraciones como:
Todas descalifican al otro y le provocan inseguridad o reacciones violentas que a veces derivan en un pleito mayor.
Hay expresiones que menosprecian al otro provocándole una erosión de la autoestima:
Con tanta facilidad las dices o dejas que te las digan y no te das cuenta que se trata de abuso verbal que poco a poco destruye una relación, pero que en el camino causa mucho dolor y desconfianza.
Piensa en cómo les hablas a tus seres queridos, a tus compañeros de trabajo. Reacciona y cambia. La mayoría de las veces la violencia comienza por la boca, así que lávala de vez en cuando.
Javier Díaz Brassetti